miércoles, 18 de abril de 2012

Ya se puede juagar ajedrez sin ponerle las manos.


En una partida de ajedrez entre una máquina y una persona hay una peculiaridad. Los dos permanecen inmóviles. El truco está en que las ondas del cerebro realizan los movimientos que piensa el jugador. Son captadas por los electrodos que cubren su cabeza. Este sistema es el trabajo de un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Berlín entre los que está Michael Tangermann.





“Lo que vemos es un interface de un ordenador del cerebro, es una conexión entre la máquina y el cerebro, mediante la que se leen las intenciones del jugador y se transforman en movimientos. El jugador solo debe, por tanto, imaginar qué pieza quiere mover y dónde, y el ordenador lo reconoce y lo hace. Así que puede jugar sin mover las manos.


El jugador se coloca un casco encefalográfico. Los electrodos miden la actividad cerebral en las áreas clave y detectan la pieza que quiere mover. Tan pronto como se coloca el casco, un sistema calibra el software para reconocer los rasgos principales de su actividad cerebral.

Pero este interface tener importantes implicaciones médicas, ayudando a pacientes con enfermedades neuromotoras a comunicarse con el mundo exterior.

“El precedente de este sistema es la investigación para ayudar a pacientes con severos problemas motores que desde luego no pueden jugar al ajedrez y ni siquiera están en condiciones de comunicarse. Sin embargo con frecuencia están tan capacitados cognitivamente como nosotros. Así que queremos darles la posibilidad de mostrarnos de lo que son capaces”, explica Michael Tangermann.

Esta tecnología todavía necesita ser más práctica y sólida, según advierten sus creadores. Después, quizá, un gran número de pacientes podrá comprobar sus ventajas.

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