miércoles, 27 de junio de 2012

Nuevo retrovisor que no tiene angulo ciego.


El ángulo ciego –o muerto, según lo llaman algunos- es un fenómeno que se produce por un hueco creado entre el ángulo de visión del conductor con el espejo retrovisor. Normalmente, este lugar comienza un metro a la izquierda del vehículo que va delante en la horizontal y justo donde acaba su paragolpes en la vertical, es decir, justo donde se puede encontrar un vehículo que está a punto de adelantarte por el carril contiguo.

Por este motivo, desde la autoescuela se recuerda siempre completar la información con el espejo central y, si es necesario, girar incluso la cabeza para ver por uno mismo si hay un coche o no. Sin embargo, con el sencillo invento de R. Andrew Hicks, un profesor de matemáticas de la Universidad de Drexel, todo esto podría haberse acabado para siempre y sin la intervención de ningún sistema electrónico.

El Dr. Hicks desarrolló un algoritmo para controlar el ángulo y la cantidad de luz que rebota en un espejo curvo. Mediante el empleo de una serie de piezas que ejercen de lentes curvas, fue capaz de incrementar la visibilidad de un espejo retrovisor estándar desde entre los 15 y 17 grados que consiguen habitualmente, hasta un máximo de 45 grados. Hicks registró la patente de su invento el pasado 15 de mayo y espero que ya le hayan empezado a llamar las marcas.

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